lunes, 29 de noviembre de 2010

LA HERENCIA DEL VIENTO

La película que a continuación voy a tratar es “La herencia del viento”, un drama estadounidense de los años 60 basado en hechos reales y dirigido por Stanley Kramer.
Relata la historia de un joven profesor de Tennessee, Bertram Cates, que es detenido por violar la ley del Estado al explicar en clase la teoría de la evolución de Darwin y negar la creación del ser humano como un acto divino de Dios. La película transcurre en un intenso y enfrentado juicio entre los ideales del creacionismo, defendidos en todo momento por el líder ultraconservador Matthew Harrison Brady, y los conocimientos del darwinismo, defendidos por al abogado Henry Drummond.
De esta forma, este juicio, aunque ficticio en el film pero que ocurrió también en la realidad, supuso uno de los mayores y espectaculares episodios de la jurisprudencia norteamericana, ya por primera vez se enfrentaban Iglesia y ciencia, así como, a la vez, se ponían sobre la mesa otros aspectos, como la libertad de pensamiento y de cátedra.

Una vez que ya nos hemos situado en el tema, podemos llegar al centro de la cuestión: “si la película es la respuesta, mis preguntas son: ¿a qué debemos dar más importancia, a aquello que creemos (religión), o bien a aquello que se nos presenta más razonable (ciencia)? ¿Es acertado todo lo que afirma la religión? ¿y la ciencia? ¿Somos libres de expresar lo que pensamos?

Si contestamos a estas cuestiones de una forma objetiva y en el contexto histórico y social que vivimos, diríamos que se le da más importancia a todo lo que se puede explicar mediante el uso de la razón y la inteligencia, y, junto a esto, que sí podemos expresar y decir libremente lo que pensamos sin ningún tipo de recriminación.

En cambio, a estas afirmaciones se le pueden objetar infinidad de casos y particularidades. Primero, debemos analizar que existen en la actualidad otras culturas y Estados en los que esta situación es toda una utopía. Regímenes totalitarios y dictaduras donde los ideales de cada persona deben ser reprimidos en uno mismo y actuar de acuerdo con el resto y la nación. Junto a esto, perviven otra gran cantidad de culturas en las que todo gira en torno a un Dios, que en la mayoría de casos priva a los seres humanos de una de sus mayores características: el uso de la razón.

Si nos adentramos en nuestra propia cultura y situación, nos damos cuenta que esto no ha sido igual durante toda la historia (como se puede apreciar en la película), sino que, más bien, ha sido uno de los logros más importante de la historia reciente. Por ejemplo, en el caso de nuestro país, España, hasta hace unos pocos años toda la vida y el pensamiento estaban regidos por la leyes de la Iglesia y no se aceptaban opiniones adversas, tachadas en todo momento de inmorales, pero esa es otra cuestión en la que ahora no me quiero adentrar.

En cuanto a identificar qué es más acertado, si religión o ciencia, vendríamos a caer en la misma cuenta. Haciendo uso de la sociedad actual, diríamos que la ciencia es lo más correcto, ya que todo lo que afirma tiene cierta base demostrable. En cambio, la Iglesia no aporta ningún argumento, y simplemente se basa en que las cosas son como son “porque sí”, sin tolerar, en muchas ocasiones, diferentes opiniones.
Pero si echamos un vistazo a épocas pasadas u otras culturas, volvemos a ver que todo depende del contexto histórico y social que vivamos.

Con esto, vengo a afirmar que, por concluyente, los seres humanos somos seres libres de expresar aquello que opinemos dependiendo del contexto en que nos encontremos, siendo ciencia y religión dos realidades con una naturaleza totalmente opuesta.


En la siguiente secuencia de la película, se puede apreciar un claro ejemplo de cómo la religión dominaba la opinión pública y la justicia de la época, y no admitía nada que se alejase de su forma de afrontar la vida y la realidad: 



Hecho por: José Ángel Zabala García

"POR EL HECHO DE SER UN SER HUMANO"

SOY UN SER HUMANO
(Alberto Cortez)


Más allá de cualquier ideología.
Más allá de lo sabio y lo profano.
Soy parte del espacio, soy la vida.
Por el hecho de ser un ser humano.
Yo soy el constructor de mis virtudes, 
Como lo soy a la vez de mis defectos.
Torrente inagotable de inquietudes.
Genial contradicción de lo perfecto.
Yo puse las espinas en la frente,
Los clavos en los pies y ambas manos
Después rompí a llorar amargamente
La muerte irreparable de mi hermano.
Por mi se hace polémica la duda
¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿De dónde vengo?
A través de los tiempos tan aguda,
Que por ella renazco y me sostengo.
Soy el que abrió la caja de Pandora 
Que guardaba los males del planeta.
No escapo la esperanza, en buena hora.
Por ella sobrevivo y soy poeta
Yo soy quien ha creado las prisiones 
y la lucha fratricida y la injusticia
Pero también he inventado las canciones
Y el encanto sutil de una caricia.
En nombre de mi Dios
Soy asesino, embustero, fanático y tirano.
Desafiando las leyes del destino,
Tengo sangre de siglos en las manos
Mas también en su nombre soy la rienda,
Que consigue domar a tanto potro.
Sería sin un orden la merienda 
de comernos los unos a los otros
Soy el poder 
que condena los instintos naturales del hombre.
Mi censura, reptando por oscuros laberintos
Impone la moral de su estatura.
Yo soy un individuo entre la masa.
La coincidencia es sólo un accidente.
Busco esposa, doy hijos, tengo casa,
Soy la opción de un cerebro inteligente.
Que vale más, inquietud de mi existencia,
Cuando llegue el final y quede inerte,
Si el arte, por fijar mi trascendencia,
o el eterno misterio de la muerte.
Por todo, 
Más allá de cualquier ideología,
Más allá de lo sabio y lo profano.
Soy parte del espacio, soy la vida
Por el hecho de ser un ser humano.



Poco más se puede añadir sobre el ser humano, ya que la canción viene a profundizar en aquello que más nos caracteriza: nuestra complejidad.

No podemos afirmar que el ser humano es aquel que actúa mediante el uso de la razón, pues dejaríamos de lado a los sentimientos y emociones.
No podemos presentarnos como unos seres buenos por naturaleza, pues hemos creado leyes para regular nuestra conducta.
No podemos asegurar…
Simplemente podemos hacernos una pregunta: ¿QUÉ SOMOS?

Hecho por: José Ángel Zabala García

domingo, 28 de noviembre de 2010

José Ortega y Gasset


José Ortega y Gasset nace en 1883 y muere en 1955 en Madrid.
Él ha sido un importante filósofo y ensayista español, famoso por su crítica humanista de la civilización moderna. En Madrid se doctoró en filosofía ampliando estudios en las universidades de Leipzig, Berlín y Marburgo y obtuvo la cátedra de metafísica en la Universidad de Madrid por oposiciones.

Dos años después, Ortega, emprende su primer viaje a Argentina, de gran importancia en su trayectoria profesional, también participa en el diario El Sol.



 La filosofía de Ortega se puede dividir en 4 ideas, las cuales son:

   -Objetivismo: Ortega al estar influido por la filosofía alemana, se plantea el problema de España y elabora una doctrina objetivista. La ciencia significa objetividad, precisión, método y racionalidad, mientras que lo subjetivo es el error.

   -Circunstancialismo: En Meditaciones del Quijote se alude a dos circunstancias, pero Ortega va más allá, y llama la atención sobre las circunstancias cercanas que pasan inadvertidas para llevar a la plenitud de su significado cualquier cuestión. Se plantea así la relación entre yo y circunstancia.
Con la frase «Yo soy yo y mi circunstancia», Ortega insiste en lo que está en torno al hombre, todo lo que le rodea, no sólo lo inmediato, sino lo remoto; no sólo lo físico, sino lo histórico, lo espiritual.

   -Perspectivismo: Dice que, el ser humano sólo podrá acceder a la verdad siendo consecuente con el punto de vista propio y sólo podrá conocer aquella parte de la realidad que es accesible desde su circunstancia. La perspectiva individual es la única manera de aprender la realidad. Con dicha doctrina quiere superar el escepticismo y el racionalismo. Aunque acepta como escéptico, que lo concreto es mutable y está sometido a diversas perspectivas.

   -Raciovitalismo: Es el intento de examinarlas dos perspectivas más importantes para el ser humano: la vida y la razón. Con la razón vital, Ortega pretende evitar el desprestigio al que los filósofos vitalistas someten a la razón, el irracionalismo, proponiendo un nuevo concepto de razón que sustituya a la razón pura, que degenera en el racionalismo.